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jueves, 28 de marzo de 2013

exactas palabras del encuentro


“Coincide que también esta ahí. Ese día no es un día cualquiera, se convierte en alguien especial en tu vida. Sin pensarlo, sin avisar, llega un sentimiento fuerte que hace que en el corazón surja una ansiedad y una emoción que rompe con toda razón.

De pronto el alma renace de su silencio y despierta con una ansiedad de verlo, de conocerlo. Su presencia se pone de manifiesto entre tanta gente.”
No hay razón ni lógica, para explicar como de pronto se convierte en tu ilusión, en ese amor anhelado…en ese amor correspondido…

Su esencia y la tuya se hacen cómplices

“El amor permanece constante en la evolución de su expresión."

Y ella baila siempre detrás

Tanto la vida como la muerte, es algo que nos involucra a todos, absolutamente todos. El anhelo intenso de la "vida feliz" y el miedo terrorífico de esa "muerte inevitable". Se podría decir que es la dualidad más extrema, la más amplia y la más inquietante.Al hablar de estos dos estadíos naturales que ocurre en cualquier ser vivo, de nacer y morir, se puede hablar también de tales como algo interior no solo físico en los humanos, ocurre tanto la muerte espiritual y/o física.
Cuando la primera ocurre también surge la muerte física y cuando la vida espiritual esta activa suele llenar de vida el físico, lo exterior, 'nuestro manifestante de lo interno'.
Es algo tan simple que ni siquiera lo pensamos. Porque claro, solemos pasar por alto pensamientos "obvios" y nunca profundizamos para hacerlos

CONCIENTES.
Quiero aclarar que hablo solamente de mi parecer sobre la vida y su muerte, sin haber tenido una muerte de alguien muy sentida. Puedo contar con la de mi abuelo, pero se bien que hay muertes mas dolorosas para uno.
Tanto la vida como la muerte, siempre nos va a ser un misterio... Ese misterio que nos hace querer descubrirlo.
Pero existe una sola cuestión que los diferencia a ambos. El hecho de vivir viviendo, y no muriendo... Como tal sabemos, nacemos con vida y vivimos hasta que
la vida misma nos acerca a la muerte, donde es en tan solo un instante. Y a pesar de ser tan espontáneo, que importante nos es, no? Porque claro... es su dualidad, es caer a lo contrario de repente, después de habernos acostumbrado a lo conocido, a la vida, a vivir. De repente dejamos de hacerlo como si enverdad nos QUITARAN la vida. Y que mal nos hace pensarlo.
Pero si acaso profundizaramos, y vieramos más allá de lo que vemos, si al menos tendríamos viva la chispa de la incertidumbre hacia lo que le sigue...
o dejar de ver a aquella muerte como algo malo, como algo desesperante... Cabe aclarar que no todos los tipos de muerte son de nuestro agrado y difícil
de ser algo no temido, pero dejando de lado las maneras de morir. Quiero enfocarme en lo que le sigue, en lo que hay después de ella..
Yo personalmente, dentro de lo que creo, veo la muerte como el fin de la vida... Si, obvio, todos lo ven así...
Pero viendólo desde el fin de mi evolución, y cada uno sabe internamente (aunque no se nos haga conciente, porque no lo buscamos)  de que manera
evolucionamos o Aprendimos en esta vida.
La muerte es el cierre de un ciclo, del ciclo de la vida, de tu vida.
Es el fin del juego, el juego de tu alma.
Y no tenemos por qué temer al fin, si sabemos que hicimos lo que teniamos que hacer, aunque no lo sepas, si el ciclo termina es porque hiciste lo suficiente.
Si somos concientes, la evolución va a ser más rápida por ende va a ser mayor lo que aprendamos. Pero nadie te obliga acá a enfocarte en sí sobre lo que e
s la vida.
Es como si fuera la técnica para ganar del juego, pero no está en su reglamento. ¿Qué sentido tendría?


...No tenemos una conciencia, para no hacernos Concientes...


               
                        ...Ella baila siempre detrás...

Escuché un millón de voces en esta tierra.
Oí tu silencio al partir,
escuché un susurro que me decía
"ella baila siempre detrás"

 
“Cualquier destino, por largo y complicado que sea,
consta en realidad de un solo momento:
el momento en que el hombre sabe para siempre quién es”
 
                                                                         J.L Borges